LACTIVISMO: Lahaktivista defensora prolactancia
Por Vania Elizarrarás, del colectivo Sazil Aruma
#NuestraLuchaEsPorLaVIdaPasaLaVoz
Compas:
Esta semana hemos seguido la jornada en contra de los megaproyectos y la semana de prolactancia y nos percatamos que es la misma lucha: la defensa de lo básico y primordial.
Un sistema que cree poder despojarnos de nuestros derechos naturales, biológicos, sagrados y divinos, a todas la MADRES : desde nuestra madre tierra hasta cada progenitora en ella.
Un sistema que no conoce ni reconoce ni sabe del bienestar básico integral del ser humano.. y nos quiere vender la idea de un bienestar superfluo y profundamente dañino para el mundo, la humanidad, la naturaleza, sus raíces, los pueblos originarios y sus territorios, países.
Les conviene mal informar, enfermar, no permitir el escucharnos y difundir miedo e ideas de pobreza… CUANDO la riqueza, el bienestar y la salud están intrínsecas EN NOSOTRAS MISMAS y sus pueblos.
Queremos dejar de defendernos y nos permitan simplemente SER. NO REQUERIMOS que NADIE intervenga por nosotras y mucho menos que nos “salven” los mismos que nos están dañando. Gracias.
¡¡ Tomen y llévense sus ideas capitalistas y patriarcales de “bienestar” !!
¡¡ QUE LA VIDA NO TIENE PRECIO, NI NUESTRA MADRE TIERRA, NI NOSOTRAS, ni nuestros pueblos originarios, ni nuestros hijos, ni los pueblos que luchan y resisten ¡!
Por si no quedo claro: #NoALosMegaproyectos
Mi historia de lactancia: Vania, 35 años. Lactancia durante 1 año 10 meses.
Para mí, los primeros meses de amamantar fueron muy muy difíciles y no tanto lo físico sino más bien en lo emocional. Sufrí de crisis de ansiedad hasta los seis meses, sobre todo en las tomas de noche, requería de algún distractor digital porque sentía que me iba a morir. A los tres meses no podía más, quería dejarle de dar pero mi convicción que era lo mejor para el bebé, no me permitía dejarlo, me decía: “mínimo seis meses.”
A los seis meses la comodidad y todos los beneficios de salud que le producían al bebé y los beneficios económicos, me hicieron que lo viera de manera diferente y gozosa.
En la etapa que empezó a morderme de los 10 meses a los 14 meses, fue otra etapa muy difícil porque dolía mucho.
A sus 15 meses pude ayudar a una amiga: su bebé tenia unas semanas de nacido, ella estaba muy adolorida con grietas, así que le di pecho a su bebé mientras ella sanaba. Aunque fue por unas horas nada más, me recordó la importancia de la unión, fuerza, sanación y compañía entre mujeres.
Nuevamente, pasamos a una etapa de tranquilidad pero inicie el destete respetuoso.
Descubriendo que no hay nada como la lactancia para un niño, que le brinde paz, amor, armonía, seguridad, tranquilidad, alimento, salud y confianza al mismo tiempo. Es un acto sagrado – divino y natural – biológico, íntimo de sólo mamá y bebé. Fue difícil la separación.
Todavía de vez en cuando mi hijo de cuatro años me pide leche, aunque no sale nada y esta por unos segundos pegado, así se refuerza el amor de mamá y la confianza en si mismo.
Durante todo el proceso agentes de la sociedad, algunos miembros de la familia e incluso la pareja dan opiniones y consejos que NO les corresponde en esa relación. Me sorprendió que varios médicos, pediatras, especialistas, me dijeran que le dejará de dar pecho. Considero que saben poco del tema y de la salud integral de los bebés. Incluso dentro de los grupos del destete o de la lactancia tope mucha intolerancia y poca apertura de escucha a quienes tenían dudas o reflexiones.
Mi proceso fue de tomar las opiniones de los especialistas de salud y sociales como consejos y no como verdades últimas. Fui descubriendo y conociendo a mi hijo desde mi mirada y mi sentir, sin establecerle y forzarle a la mirada del otro.
Considero que lo que más deseamos las mujeres son historias reales y verdaderas, no seguir fantaseando con una maternidad dulce que en la realidad no existe, es más bien agridulce. Y al leer sus historias dónde descubrimos que aunque fue difícil continuamos y continuamos haciéndolo porque vemos las diferentes caras que tiene la lactancia y los enormes beneficios que le brinda a nuestro bebé y a nosotras mismas.
Nos vamos dando cuenta que el sentir de una no es general, ni en el embarazo, ni en el parto ni en la maternidad, que cada mamá, bebé, parto, postparto, lactancia, y las relaciones que conllevan (maternidad, paternidad, pareja) Son únicos e irrepetibles que tenemos algunas coincidencias (incluso divertidas) y acompañarnos es una bendición, en esta nueva etapa que no conoces y no sabes cómo ser y qué sentir.
Es impresionante la falta de conocimiento de la técnica, el agarre e información básica de lactancia en los sectores de salud, enfermeras, doctores, incluso la misma familia no saben la técnica de amamantar.. La lanonina es fundamental y sin mencionar que en muchos países ni existe.
Entonces, nos corresponde Exigir que tengan ese conocimiento a la mano y luego, las grietas… tampoco saben cómo manejarlas.
En mi caso, la técnica ni agarre fue lo difícil.. (La partera me explico desde el primer día) Las crisis de ansiedad, las fiebres, el dolor de espalda continuo, el cansancio exhaustivo, la sed, el dolor de cabeza, el dolor de pechos, la sensibilidad de los pezones, y cumplir con la exigencia y necesidad de otro ser humano 100% dependiente a mí, hizo que me fuera muy difícil.
En verdad, más de una vez lloré por el estrés que me generaba (sin mencionar la depresión postparto).
Todo esto viene también de un mundo individualista y solitario que hemos construido como sociedad, qué la mujer vale por lo qué hace y no por ser, por estar tan alejadas de los proceso naturales y biológicos.. De los miedos que te los infunden los mismos médicos quiénes te mal aconsejan, mal informan y de pediatras ineptos.. Todo un sistema de salud que tiende a la enfermedad y al negocio, en vez de la vida y el bienestar integral.
Y luego, nosotras alejadas, cada quien tratando de sacar adelante.. Defendiendo tu lactancia con la familia, los doctores, la sociedad, incluso con la misma pareja.
Si es difícil, pero somos guerreras y aferradas.
Yo quería dejar de darle pecho a los tres meses, en verdad no podía más.. (Tmb nuestras historias personales traen consigo una dificultad emocional) a mí me dejaron de dar pecho a los 3 meses de nacida. Y entre lágrimas, dolor y todo lo seguí haciendo porque creí y estoy convencida que es lo mejor para mi hijo.
Pero creo que las mamás tienen que saber INICIALMENTE saber todos los beneficios que le brinda la lactancia y después todos los retos de ésta ; e incluso es ESENCIAL COMPARTIR qué es cómo hacer el amor, si duele, no esta bien, es por el agarre, la técnica y/o requieres lubricar.
Ese mito de dolor ha llevado a muchas a tener grietas que son extremadamente dolorosas y todo, repito, por falta de conocimiento y mala información.